To Jesus through Mary
December 2018 - December 2019
Diocese of Metuchen
Porque necesitamos renovación.
"El momento es oportuno para la renovación," afirma el Obispo James Checchio en su carta pastoral, Encendiendo el fuego en los corazones de nuestro mundo. Luego de visitar personalmente las noventa parroquias durante su primer año como pastor de la Diócesis de Metuchen, el obispo hizo nota de las numerosas gracias y bendiciones concedidas a su rebaño, así como también los síntomas de enfermedad en el redil -- muchos de los bautizados están alejados de Dios y no están viviendo una vida vibrante de fe con un verdadero celo apostólico. (Solo 15% de los bautizados en la Diócesis están practicando su fe.)
La intención del Obispo Checchio para esta consagración es de pedir las gracias necesarias para una Nueva Evangelización y que él la ha puesto bajo el patrocinio de Nuestra Señora de Guadalupe. Él desea incitar a una vida de mayor santidad, a un compromiso renovado de vivir el mensaje del Evangelio al máximo, y a una disposición entusiasta entre los fieles para compartir ese mensaje con los demás.
Consagración es una palabra que no es muy común fuera del contexto religioso, y, aun así, no es tampoco fácil de comprenderla. Estar consagrado significa estar reservado para un propósito santo o transformador. Bíblicamente hablando, la consagración era un medio de responder a la invitación de Dios a ser "Su pueblo". Quizás puede que nunca lo hayas pensado o que no estuvieras consciente de ello, pero en el sacramento del bautismo tú también fuiste consagrado, es decir reservado para Dios. Tú te convertiste en hijo de Dios, llamado a ser su discípulo y su testigo en el mundo. Sobre todo, tú fuiste infundido por el Espíritu Santo con dones sobrenaturales para la misión evangelizadora. ¿Has utilizado esos dones para atraer a otros a Jesús?
Desafortunadamente, la realidad es que muchos de nosotros no siempre hemos vivido al nivel de nuestras responsabilidades y promesas de nuestra consagración bautismal, ya seamos clero o laicos. Pero más aun, es una pena que muchos católicos bautizados nunca han conocido completamente o sentido lo que es tener una relación viviente con Dios, que los creó y reclamó como suyos. A causa de tantas fuerzas en el mundo, un número creciente de católicos se han alejado de la vida de la Iglesia, y no viven en una relación intima, personal y vibrante con Jesús.
Hoy, más que nunca, necesitamos renovar personal y comunalmente nuestra fe católica. Necesitamos renovar nuestra consagración bautismal, determinados a ser discípulos que encenderán un fuego en los corazones de este mundo.
Una consagración mariana es esencialmente un medio de uno confiarse a la Madre de Dios en el seguir a Su Hijo, Jesús. Particularmente, nosotros queremos de una manera consciente confiar nuestra vocación de discípulos y nuestra misión de evangelización a ella.
María fue el primer discípulo de Jesús, y ella sin titubear, respondió que "Sí" a la voluntad de Dios en su vida. Ella estuvo completamente abierta a Dios en dejar que la voluntad de su Hijo se cumpliera en su vida de acuerdo a su plan; esto es lo que queremos imitar de ella. Queremos que ella nos guie en "hacer lo que El nos diga" para que pueda comenzar una renovación auténtica en nuestros corazones y en nuestra diócesis.
Que cada uno de nosotros pueda responder con todo el corazón como ella lo hizo al decir, "Hágase en mi según tu palabra, Señor."
Cerca de quinientos años atrás, la situación en lo que hoy se conoce como la Ciudad de México, era grave. Se desarrollaba allí un confrontamiento de culturas donde ambos lados parecían estar desesperadamente perdidos en una destrucción violenta. La obscuridad del pecado estaba tan arraigada que ni el celo de los misionarios españoles la podía romper. Entonces el obispo elevó una plegaria desesperada por una intervención sobrenatural. ¡Y fue escuchado! La respuesta desde lo más Alto cambió a México para siempre. Dios envió a un mediador, la Bendita Virgen María.
Nuestra Señora de Guadalupe se le apareció a Juan Diego (un indígena convertido al catolicismo), como una mujer muy parecida a la gente de la comunidad mexicana. Su vestimenta contenía el mensaje del Evangelio escrito en el código azteca. Aquellos que presenciaron la imagen milagrosa en la tilma (manto) de Juan Diego fueron tan profundamente impactados, que nueve millones se convirtieron al cristianismo en los ocho años siguientes, ¡prácticamente la población de México en ese tiempo! A través de la colaboración de Juan Diego, ella desató una ola de evangelización, la cual no se ha visto jamás.
Hoy nuestro mundo tiene nuevamente la necesidad de la intervención de Nuestra Señora de Guadalupe. Estos son tiempos de obscuridad y la fe de muchos se ha debilitado o perdido, poniendo a muchas almas en peligro. ¿Quién podrá volvernos a encaminar a proclamar el mensaje del Evangelio, si no es la que vino en el umbral del cristianismo en las Américas, Nuestra Señora de Guadalupe? Ella es la Patrona de las Américas, así como La Estrella de la Nueva Evangelización.
Se realizarán una variedad de eventos a nivel de parroquia y de diócesis que tendrán lugar a través de todo el año, y que culminarán con una consagración formal de la diócesis el 12 de diciembre del 2019. Infórmate en tu parroquia sobre los eventos locales. Para los eventos de la diócesis ve a la página de web: www.LightingHeartsOnFire.org